

Fuencisla Sancho.
En particular, la ingeniería civil nace en Europa a mediados del siglo XVIII, cuando las obras de utilidad y financiación pública dejan de ser proyectadas y ejecutadas por los ingenieros militares, hasta entonces los únicos profesionales con la formación necesaria para desempeñar estas funciones.
La cuna de la ingeniería civil europea es la École Nationale des Ponts y Chaussées de París, primer centro de formación de técnicos en ingeniería civil creado en Europa, en 1747. En España el nacimiento formal de la ingeniería civil tuvo lugar en 1799 con la creación del Cuerpo de Ingenieros de la Inspección General de Caminos decretada por Carlos IV.
La Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, fue fundada por Agustín de Betancourt y Molina, en 1802, a semejanza de la ya citada École des Ponts et Chaussées. Esta Escuela Especial fue clausurada con la subida al trono de Fernando VII en 1813, pero la entrada de los liberales en el Gobierno con Isabel II en 1833, permitió su reapertura, siendo desde entonces un centro de referencia cultural y científica. El 17 de abril de 1836 se publica el Reglamento del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, que incluye el de la Escuela, regulando su funcionamiento, la duración de los estudios y la estricta disciplina a la que habían de someterse los alumnos.
La Escuela de Caminos, al igual que las otras Escuelas de Ingenieros, copiaba fielmente el modelo francés de formación de ingenieros al servicio de la administración del Estado. Así, dicha Escuela era un centro de formación de funcionarios del Ministerio de Fomento, denominado más tarde Ministerio de Obras Públicas. Los profesores eran funcionarios pertenecientes al Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del Ministerio.
En 1926 el Ministro de Fomento firmó el decreto que concedía mayor autonomía a la Escuela, lo que dio lugar a una mayor especialización del profesorado. Desde entonces, se establecerían concursos para la provisión de las vacantes. La independencia económica consecuente con la obtención de personalidad jurídica permitió atender a la mejora de la enseñanza, a la modernización de los medios docentes y a la potenciación de los trabajos de investigación.
Con la Ley de Reformas de las Enseñanzas Técnicas de 1957 la Escuela dejaba de pertenecer al Ministerio de Obras Públicas y pasaba a depender, junto con las otras Escuelas Especiales, al Ministerio de Educación. Incluso se cambió el nombre, pasando a llamarse Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. La ley de Reforma Universitaria de 1983 supuso una segunda revolución en el ámbito de la enseñanza universitaria. Por lo que respecta a la Ingeniería Civil, el Gobierno estableció los títulos de Ingeniero Técnico de Obras Públicas, de primer ciclo y de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos de primero y segundo ciclo.
La construcción del Espacio Europeo de Educación Superior comenzó en 1999 con la Declaración firmada en la ciudad italiana de Bolonia por los ministros de Educación de Francia, Alemania, Reino Unido e Italia, conocida, por este motivo, como “Declaración de Bolonia”. Así, Según el Real Decreto 1125/2003, de 5 de septiembre, los planes de estudio conducentes a la obtención de títulos universitarios oficiales se medirán en créditos europeos (ECTS) y aparecen los grados que consta de 240 créditos europeos y que otorgan al alumno una formación generalista y la preparación y competencias para el ejercicio profesional (pero no para acceder por ejemplo, al Cuerpo de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos del Estado). Para adquirir el nivel de master, es necesario cursar 2 años más una vez finalizado el grado.
Actualmente en Europa los estudios de ingeniería civil son muy dispares en cuanto a su denominación, modelo (integrado o bimodular) y duración, con centros de reconocido prestigio internacional como la École Nationale des Ponts et Chaussées de París, el Imperial College of Science and Medicine Technology de Londres y los Politécnicos de Milán y Turín. En muchos de ellos se ha implantado ya el modelo integrado que a la vista del resultado que se está obteniendo con el modelo bimodular, apostamos desde Caminos de Futuro por la implantación de un modelo integrado que devuelva formación de excelencia al alumnado y aporte de nuevo visibilidad a nuestra titulación.